Una voz susurra mi nombre en la lejanía.

Me siento desaparecer entre la multitud de pensamientos.

Que me envuelven en los recuerdos que creí olvidados.

Mi camino solitario es pesado,

al no encontrar una mirada delante, sólo camino.

Amo mis huellas en la arena, solitarias y anodinas.

Olvidar lo que fui para renacer en lo que soy.

Mi destino es mirar atrás sin resquemores

o sólo conformarme con ser misógina,

al odiar mi vida, por ser un reflejo de lo que debería haber sido.