Las entradas y salidas de mi vida,  

mueren tras morir en el despegar  

ante esa vida que no tiene retorno.  

Se enmaraña entre el deseo de tener que cambiar  

y morir por dentro en el intento.

Los oídos se tapan y vuelven a llenarse de silencios.  

Los retorcidos anhelos se transmutan ante tus ojos,  

y se vuelven cuchillos cortantes.

Despertando en una realidad vacía  

envuelta de caminos  

que van directos a un vacío  

que termina en un agujero negro.