-¿Quién soy yo?

- me pregunté  junto a un espejo.

Mi sonrisa no era una sonrisa,

solo era una carcajada sin sentido.

Mi reflejo solo era una persona inerte

que se negaba a sí misma

lo que deseaba.

Tenía miedo de llegar a la felicidad,

porque ello suponía romper las barreras que me oprimían,

y  tirarme al vacío de un precipicio

sin mar y sin rocas.

 Cayendo en picado en un vacío infinito,

pero de no hacerlo

era como morir lentamente,

aprisionada por una serpiente.

Que hace lo que debe,

alimentarse de mi propio miedo.

Así , asfixiar y romper mi vida

hasta quedar solo mi sombra

en un rincón de una habitación cerrada.

Por ello, yo deseaba volar

sin que nadie me negara

a ser libre y amar lo que hacía,

hasta el último aliento.

Añoro la felicidad,

porque ese espejo

solo refleja la soledad,

la cual me está consumiendo;

y Arrancando mi último aliento.

Mi vida

ya no tiene sentido,

porque la brújula que es el corazón,

da vueltas y vueltas sin parar.

Porque me niego aceptar la evidencia,

que por mucho que niegue,

lo que deseo es volar,

lejos de aquí.

Dibujando mi vida y mi alma en un papel.

\-Me pregunté al fin

\- ¿ Podré encontrar la felicidad?

\-me respondí sin más a mí misma-

\-Solo si encuentras lo que realmente estás buscando,

y lo sigues sin miedo y sin mirar atrás.