La luz brilla bajo el agua de los lagos

donde se refleja el cielo.

El dulce aliento del aire,

junto al sonido de los pájaros

que van al son del viento,

baja por las colinas hasta cubrirlo todo.

Ese sol matutino llena los prados cercanos.

 La flor florece.

Con el embrujo de sus pétalos

clama el calor del eterno amor.

 Aparece un insecto en el prado,

y embelesado por su olor, va hacia ella.

El amor surge a primera vista.

Tras el bello despertar del valle

surge la primavera llenando de vida cada rincón.