El miedo, fiel compañero de la soledad.
La soledad me envuelve en el inmenso frío sin más remedio.
Eso hace que yo con mis piernas y brazos, me arrope.
En ese momento, me quedo paralizada.
Entonces, el miedo me devora entre sus tentáculos y me aprisiona.
El dolor de los amantes y su condena
El amante, Alon:
Allí donde no existe el ruido de los gritos de dolor.
Allí donde dos amantes se unen en uno sólo.
Sin entender sus perjuicios y su eterna libertad
y su sola vida sin entender que son sólo uno.
Allí donde viven la arena seca sin una gota de dolor que condene al mundo.
Allí donde tan sólo existe el amor.
Allí donde está el dulce aliento de la muerte.
Allí dónde sólo nace vida alrededor.
Dulce es el paraíso olvidado,
entre escritos de un poeta,
que llora con sus lágrimas
este amor y los delirios del mundo. Continue Reading
Ángel tras sus sueños
Vuela tras la tormenta de pensamientos,
para reunirse en un sueño donde secuestra una vida
que no es la suya.
Especial San Valentín: el amor vuela hacia a tí
El corazón cree volar
cuando tu cuerpo corre y da vueltas sin parar,
porque siente por primera vez su primer amor.
Vuestra primera caricia fue:
enlazar vuestras manos,
como si fuera un lazo que os une
mientras os miráis.
La naturaleza
La luz brilla bajo el agua de los lagos
donde se refleja el cielo.
El dulce aliento del aire,
junto al sonido de los pájaros
que van al son del viento,
baja por las colinas hasta cubrirlo todo.
Ese sol matutino llena los prados cercanos.
La flor florece.
La espera
El otoño cae sobre mí,
las hojas caen sobre mi piel.
Esperando en la larga soledad la vuelta de algo que se fue.
Como eliminar el deseo de un beso,
que creía olvidado.
Mi cuerpo es una marioneta,
que sigue el movimiento de sus hilos
sin más.
Hortensia: un recuerdo o un sueño
Mi recuerdo me sumerge en un profundo sueño.
Me trasporta al día que te vi por primera vez.
Estabas sola y olvidada en un rincón.
Desde ese día te cuidé y te hice florecer
al igual que tú me viste crecer,
porque tu fuiste mi confidente
y consuelo en mis días solitarios.
El amor entre dos fronteras
Mi corazón tiene dos fronteras:
La de envolverme en su propia sombra.
La de encontrar su rostro perdido.
La primera es para seguirle a escondidas en sus sueños
y dibujarse en su cuerpo.
Para cuando quiera transportar a la segunda frontera,
no perderse detrás de sus pasos.
No encontrarme su rostro perdido en mi oscuro recuerdo.
Sus pisadas me muestran la luz al caminar
mi señal en la oscuridad.
Cuando siento que me pierdo
me paralizo en una eterna mirada.
En busca de la felicidad
-¿Quién soy yo?
– me pregunté junto a un espejo.
Mi sonrisa no era una sonrisa,
solo era una carcajada sin sentido.
Mi reflejo solo era una persona inerte
que se negaba a sí misma
lo que deseaba.