La oscuridad
Las luces del atardecer se apagan cuando una canción suena dentro de mí. Bailo sin miedo. La escucho cada vez más alta. Las luces y colores me rodean. Estoy cansada y los pies se me han roto de tanto bailar. Pero aún así la canción retumba dentro de la cabeza cada vez más fuerte hasta volverme loca. Los colores intensos que antes impregnaban todo han desaparecido. De repente, la estancia se queda sin luz. Entonces caigo al suelo y veo como poco a poco una sombra lo cubre todo. Ya nada brilla. Sólo estamos la oscuridad y yo. La vida se ha ido. La música ha parado. Ahora queda un vacío profundo que lo llena todo.