El pasado siempre vuelve
Estaba sola, su vida no tenía salida en su mente, sólo tenía una idea, huir de su vida. Ya tenía pensado el plan, primero haría la maleta, cogería las camisas de verano, sus jerséis de invierno y sus pantalones vaqueros favoritos y por último su ropa interior. Lo segundo que haría, sería mirar a su marido y a sus dos hijos por última vez. Esto sería duro, pero sería lo mejor para ellos o eso pensaba ella, tercera y última cosa, jamás miraría atrás.
Cuando huyes de lo que más quieres, sólo piensas en si algún día te perdonarán. Por eso, mientras caminaba sola, pensaba en su nota donde sólo había un breve perdón y una lágrima que desteñía mi única despedida.
Mientras camino pienso lo que voy hacer desde este instante. Las calles de Anelliv están oscuras y todos sus peculiares vecinos con quien he compartido mi vida están durmiendo sin saber nada de mi huida.
Llegué al punto más alto del pueblo, donde había un gran castillo de la época árabe, lo miré por última vez y me despedí de mi antigua vida, en ese instante me dí cuenta de que no puedes escapar de lo que eres, porque el pasado siempre vuelve a tí aunque no quieras.
Siempre me he preguntado, ¿qué es lo que nos hace creer que hemos cambiado?.