
Eramos asteroides sin rumbo.
Aterrados entre un campo de millones de dudas.
Despertamos al chocar contra un planeta,
transformándonos en vida.
El destino nos unió.
La gravedad nos hizo flotar y formar parte de algo
que nos guió y nos hizo más fuertes.
Ahora somos lanzados y reconducidos por lo que nos llena.
No tenemos miedo a la adversidad
porque el cambio es nuestro lema.
Todo lo que convulsa, arde y destruye;
siempre se regenera en algo más compacto,
en semillas que resisten al fuego.
Somos parte de una lanzadera de sueños,
que ha reconstruido nuestras estructuras internas de un yo
y te llena de una combustión para seguir hacia un nuevo mundo.
Está poesía es para todos mis compañeros de la Lanzadera de Barcelona,
mi coordinadora Naiara Pereira, Fundación Telefónica y Fundación Santa María la real; por darme esta oportunidad tan valiosa.
Desde luego hay experiencias que nos llenan tanto que se ganan tener su propio poema, ¡precioso, por cierto! Me alegro mucho por ti 🙂
¡Un abrazo, pásate cuando quieras y espero que todo te vaya genial! :3
Me alegro que te haya gustado 🙂
De vez en cuando me paso por tu web, es muy entretenida y creativa, te felicito por ella.
Un saludo y un besado grande.